Oh oh oh, como en todo el mundo, la Navidad es una fiesta muy esperada y apreciada. Aunque cada país tiene sus propias costumbres ligadas a este periodo, en Francia tenemos tradiciones muy especiales en la temporada de fin de año. Si quieres conocer estas tradiciones, ¡has llegado al lugar adecuado para descubrir la magia a de la Navidad francesa!
Los preparativos
¿Qué sería de la Navidad sin el emblemático árbol de Navidad? A principios de diciembre solemos buscar un bonito árbol en el mercado y llevarlo a casa para decorarlo en familia. Luces, calcetines de Navidad, coronas, guirnaldas, adornos navideños... es hora de dar rienda suelta al espíritu creativo y hacer que el hogar sea tan colorido como la Navidad. ¿Quién tendrá el honor de poner la estrella en lo alto del árbol?
Entonces, ¿qué mejor manera de empezar este periodo festivo que con un bonito calendario navideño? De tradición germánica, el calendario navideño tiene por objeto hacer esperar a los niños durante todo el mes de diciembre y hasta el día de Navidad. Cada día a partir del primero de diciembre, hay que abrir una ventana de nuestro calendario tras la que se esconde un dibujo, una palabra o incluso un chocolate para los más golosos, la idea es hacer por cada nuevo día un pequeño regalo.
Otra prioridad para los niños buenos es escribir su carta a Papá Noel para entregarle una lista de juguetes. Para los que no se han portado tan bien, será cuestión de defender un poco las razones de su actuar...
La Navidad también son…¡¡regalos!! Una de las tradiciones más importantes es buscar regalos para ponerlos bajo el árbol el 24 por la noche o el 25 por la mañana.
La atmósfera
Papá Noel es el personaje más esperado en los hogares franceses, ¡y se nota! En Francia, el ambiente navideño se respira en todas partes: en casa, en la calle, en las tiendas... El ambiente navideño es una tradición en sí misma y admirar los escaparates de los grandes Centros Comerciales es una actividad en sí misma.
La tradición de los mercados navideños también es muy importante para nuestros queridos franceses. Es la ocasión de pasar un buen rato, tomar un buen chocolate caliente y degustar castañas mientras se busca la perla rara para los regalos. El más famoso de ellos es el de Starsbourg, ciudad del este de Francia, declarado "capital de la Navidad" desde 1992. Es el mercado navideño más antiguo de Francia, ya que abrió sus puertas por primera vez en 1570, y también alberga el árbol de Navidad más grande de Francia, con 30 metros de alto.
Gastronomía: platos navideños
Por último, la magia de la Navidad reside sobre todo en la gastronomía. Los franceses están muy apegados a la tradicional comida navideña. Si está a dieta, no venga a Francia a celebrar la Navidad...
En Francia hay dos: la cena de Nochebuena, el 24 por la noche, y la cena de Navidad, el 25 a mediodía. Esto le permitirá celebrar la Navidad con el mayor número posible de personas de su círculo más cercano. Para esta famosa comida navideña se necesitan varios ingredientes: ostras, foie gras, salmón ahumado, caracoles, pavo relleno de castañas, queso, ¡todo ello acompañado de una copa de champán y un buen vino tinto! ¿Se te hace agua la boca? Es normal, y ¡no se ha acabado! Para cerrar esta fiesta, no podemos olvidarnos del emblemático e ineludible “buche de Noel” como postre. Este tradicional y cálido postre procede de los países del norte de Europa. Originalmente, el tronco de Navidad no era comestible: era un gran tronco de madera que se quemaba el mayor tiempo posible. La tradición ha continuado en la pastelería desde entonces.
